miércoles, 4 de mayo de 2016

nivel alto de frecuencia














se esconden 
bajo el subsuelo
de la urbe 
las almas inquietas, 
inermes. 
Característica suya es
el brillo incesante de 
sus pupilas, 
programadas vidas 
a la espera 
de una razón 
para vivirla. 
El cielo se tiñe 
de un gris opaco que 
no nos deja ver el sol, 
y es solo entonces 
cuando cualquier 
miércoles pretérito 
me dispongo 
a deshacerme 
en tu cama, 
sin razón 
pero 
con el pecho 
a reventar de tu agua 
para saciar mi sed. 
Dispongo las palabras, 
los dibujos 
interpretando tu alma. 
Acabo siendo como siempre, 
inexacta. 
Y me dices 
que sientes estar así, 
que no quieres 
tirar de mí. 
Yo sólo quiero 
adentrarme 
en tu tormenta interna 
y comprender 
los rayos que la alimentan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario