¿Estábamos yendo a ritmos diferentes?
La montaña no dejaba de alejarse
a cada paso, su cima se agigantaba
tiraba por tierra nuestras ganas cansadas de coronarla
Nunca dejaré de escribir, al igual que nunca dejaré de sentir. Puedo enamorarme de las palabras. Cada verso nos hace un poco más libres aunque vivamos en la cárcel constante de nuestra mente. Incapaz de hacer que las cosas duren. Este país es un despropósito. Mis planes de futuro son planes de huida.
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