miércoles, 9 de marzo de 2016

Amantes de lo efímero


La ensordecedora monotonía de un lunes gris, 
mitigada por el susurro de los pájaros. 
A mí me delatan las miradas y lo sabes, 

La incongruencia de tus labios reposados
respira aritmética en cada paso. 

Miro atrás, ya no los cuento como antes.
Ya nada es lo que era. 
Ahora por tus caderas trepa
el alma que se me envenena.

Somos los mismos de antes de ayer. 
Evitamos el no contacto, 
emociones descompasadas 
que se adueñan de mis estados de ánimo

(El sol no nos ha bañado hoy la cara)

¿Y qué si somos amantes de lo efímero?












Siento que he estropeado una de las pocas cosas que de verdad he llegado a tener. Siento como el vacío me arrastra insensato por su corriente acuática, que se ha vuelto totalmente eléctrica desde el momento en que rocé su piel. Siento que los puentes que digo dinamitar a veces se derrumban por sí solos. Siento el peso de los días lentos en los hombros. Seguiremos siendo esa canción que no acaba de sonar bien del todo, tú seguirás siendo la melodía lejana y la humanidad el coro que termina de estropearla. Seremos entonces asfalto, tierra mojada. Y si algún día las corrientes premian a nuestro favor, desplegaré mis alas para las dos. Hoy es sólo el principio de las cartas anónimas sin destinatario que escribiré para que nadie y todos las lean. Y nadie y todos lo comprendan.




Con la mirada vacía si no te miro, esquivando los tiros.

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